En este tiempo que te conocí me di cuenta de que sos una muy
buena persona. No siempre encontré personas con las cuales hablar y sentirme
escuchada y por suerte con vos podemos hablar de un tema y sentirnos
escuchadas. Fue un placer conocerte y compartir momentos con vos. Me ayudaste
bastante a avanzar porque hubo momentos en donde yo estaba encerrada en casa sin
ganas de salir afuera. ¿Por qué? “Porque no tenía ganas” – eso solía decir. La pura verdad es que no salía a la calle
porque no podía evitar pensar “Se lo que los demás están pensando y se que se
están riendo porque soy gorda y diferente”. Cuando empecé a salir a caminar
acompañada empecé a notar que había algunas cosas que – por más que estaban a
simple vista – no importaban. Y hubo
situaciones donde intenté salir sola – como por ejemplo para ir al cine – y noté
un cambio. Ahora realmente no me interesa lo que piensan de mí porque entendí que
en esta vida es imposible que una sola cosa te defina y si ellos piensan que es
así, se equivocan. Si bien las cosas que están a simple vista son las más
fáciles de notar pero si los demás no se esfuerzan por conocerte un poco más…¡QUÉ
PENA! ¡LO QUE SE PIERDEN! Así que te quiero agradecer a vos, por junto con el
acompañamiento y el tratamiento que estoy haciendo – si bien me veo igual –
adelanté a paso de gigante. Y sentirme bien conmigo misma es más que sacarse un
peso de encima porque es algo que se que de ahora en más voy a tener para el
resto de mi vida y no voy a dejar que los demás me quiten. Como bien dije, fue
un placer conocer a una persona como vos y sobretodo escuchar siempre tu
sincera opinión. ¡Muchas Gracias por todo! ¡Nos vemos pronto!
María Andrea
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