lunes, 9 de septiembre de 2013

J

Me coloqué mi vestido rojo, ese que creo que te gustaría y me senté a esperar a que vinieras. No se si lo harás pero espero que así sea. Deseo que todas las palabras que dijiste no sean nada más que mentiras. Se supone que me conoces y todavía tengo el instinto de actuar de manera impulsiva. Lo lamento. Espero que sea una trampa para hacerme entender que algunas cosas importan más que otras y por eso hay que saber valorarlas. Perdón, quizá necesité perderte para entender que soportar aquellas cositas que no me gustan no es nada en comparación a perderte. Se que me conoces por lo tanto sabes que te estoy esperando, como siempre. Siempre estuve a tu disposición, ante todo nunca te olvides de eso. No dependía de mi soñar contigo, dependía de tus ganas de aparecer en mis sueños. Te quiero de vuelta y perdón si fui demasiado estúpida o quise saber más de ti pero ¿Qué tiene de malo saber más de ti? ¿Eres humano siquiera? Eso es una duda existencial porque entre más te veo te creo parecido a un ángel. Es cierto, nunca vi un ángel pero siempre los imaginé parecidos a ti. Luego te conocí, tu rostro ya no era borroso y me di cuenta que ahí estabas. Capaz hice mal en decir que si tu trabajo es protegerme no deberías enamorarme. Es verdad, pero en este caso no me molestaría que no me protegieras en esta ocasión. Come back, be here...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas Gracias por leer mi blog!