miércoles, 4 de septiembre de 2013

El guardián de mis sueños - mi novela - adelanto

No sé porqué pero mi casa, de pronto, no era lo que siempre fue. Algo era diferente, tal vez su aroma o le faltaba algún mueble. No me importó demasiado porque realmente no me di cuenta. Todo parecía estar bien, éramos yo, mi mejor amigo, mi prima, Flor, Cande y mi mamá. Yo intentaba enseñarle inglés a Julián aunque no sé porqué, su inglés es bastante bueno. Flor y Cande discutían sobre idiomas mientras yo buscaba la carpeta de inglés. Sonó el teléfono y me levanté para ver quién era.

- ¿Aló? - pregunté.
- ¿Ya se ha ido? - preguntó una mujer.
- ¿Perdón? - volví a preguntar.
- ¿Ya se ha ido? - Al oír eso, colgué el teléfono.

Debí saberlo. Esto ya había sucedido antes pero no le llevé el apunte porque -de nuevo - no me di cuenta. Volví a lo mío cuando de repente sentí ruido afuera.

- ¡Cierren esa puerta ahora! - grité mientras corría en la dirección contraria para cerrar la puerta del patio.
Pero no llegué pronto y una chica se apareció delante de mi con un arma. La colocó a la altura de mi cabeza y me obligó a ingresar a casa. Se sentó en la silla frente a la mesa de la cocina y me obligó a hacer lo mismo. Un hombre mayor y una señora se sentaron junto a ella. Me hizo pensar que eran sus padres.

- ¿Por qué no mencionaste que se había ido?
- ¡No se de qué hablas! - respondí.
- No uses ese tono conmigo si no quieres morir.
- Yo no sigo órdenes.
- De acuerdo, eso es todo - dijo acercándome al portón.
Vi la posibilidad de hacerme la heroína e intentar salvarme. Le golpee la cabeza y le quité el arma. De pronto era yo disparandole directo a la cabeza. Me la creí para luego darme cuenta que esa pistola solo producía sonido y no era real.
Su hija apareció a los costados y me apuntó nuevamente.
- Esa si que es una pistola - aseguró y temí.
Mamá apareció y me tiró una pistola para que pudiera defenderme mientras ella se encargaba de la joven. Para mi desgracia la pistola cayó al suelo pero por suerte logré alcanzarla y apuntar al hombre. Después todo se desvaneció.
Me encontraba en el bosque pero de todas maneras parecía que era cerca de casa. Un hombre se acercó a mi y puedo decir que no con buenas intenciones. Tenía poderes como de ramas de árbol y con eso atacaba. Yo solo comencé a caminar hacia atrás mientras lo miraba con miedo. De repente sentí ladridos y me asusté. Miré hacia atrás y había más de cinco lobos rabiosos. No me importó, caminé hacia atrás y sentí que alguien lamía mi mano.

- ¿Maxi? - pregunté.
Me di vuelta y era el despertándome de un terrible sueño.
- ¿Qué fue real? - pregunté.
- Realmente te apuntaron directo a la cabeza, nos gusta verte bien por eso estás aquí.
Eso explicaba porque mi casa no era parecida a aquel lugar. Caminé un poco, cerca de la pileta de natación y miré hacia afuera. Vi a cuatro personas detrás de las paredes de vidrio pero solo una de ellas me parecía conocida. El me miró y me saludó. Me quedé sorprendida. Luego aparecieron detrás mío.

- Señorita, usted va a estar bien - me aseguró - nosotros somos sus cuatro guardianes.
- Hola - dijo el que me parecía reconocido - Volví a casa - dijo y  se acercó a mí. No sabía cómo saludarlo pero él lo decidió por mí al besar mis labios. Me di cuenta de quién era. Era él. Aquel que aparecía en mis sueños desde que era chiquita. El que me enamoraba pero también el que tenía un rostro borroso al despertar. Pero ahora sabía quién era y no tenía miedo. Por primera vez me sentía completa.

Me abrazó y me invitó a meternos a la pileta. No quería hacerlo y al darme cuenta que tenía una herida en el codo, lo usé de escusa. El salió de la pileta e intentó curarme. Yo solo miré a la derecha y le pregunté a Caro.

- ¿Lo ves?
- Si, lo veo - respondió.
- ¿Estás segura de que no es un sueño?
- Lily, yo veo a Jamie y el te ama.

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