Corazón de León

Como bien saben, fui al cine a ver “Corazón de León”. Me gusta mucho como actúa Francella por eso me llamó bastante la atención (además de que el trailer no mostraba mucho). La verdad es que el me sorprendió, casi todas sus películas son risas y risas pero esta vez vi un lado sentimental, emocional que no había visto en Francella antes. Aprender a aceptar a otros a pesar de sus errores es algo pero aprender a aceptarse a uno mismo a pesar de todos los problemas que se tienen por eso, más el que decir y las consecuencias que eso te trae. Me encantó la película. Me hizo pensar en dos cosas. Primero, en mi relación con una persona que conocí a principio de año. Nos conocimos hablando por omegle y intercambiamos nuestros kiks para seguir hablando. No pasaba un día sin hablar con el y empezamos a sentir algo, o al menos yo lo sentía. La distancia era lo único que había en medio lo demás parecía todo perfecto. Yo sentía que el me escondía ante los demás y así era. Mi círculo sabía de el y cómo nos llevabamos, pero a el eso no le parecía suficiente porque era por internet y a distancia y le parecía raro e inadecuado. Me dijo que con el tiempo iba a dejar de hablarme y ¿quién quiere seguir hablando con una persona que te dice eso? Yo no sólo era un secreto, sino una cosa pasajera y sin sentido. Saqué el valor para alejarme y el no me buscó. El no pudo aceptar mi único defecto que era la distancia y tampoco pudo aceptar su defecto, la negación. No supe más de el y aunque le hablé para saber como estaba, no obtuve respuesta.

A lo segundo que me recuerda es a mis días de colegio. Todos se reían de mi defecto, siempre fui gordita. Siempre que jugabamos a imitar a las chicas de rebelde way, me tocaba ser Celina que era la más gordita. Siempre me discriminaron por ser diferente, algunos incluso me discriminaron por ser adoptada. Ahora, de grande, me sigue pasando. Yo, como ya conté en mi biografía, estuve internada el año pasado. Cuando me reincorporé en el colegio me trataron de loca, de diferente, de rayada. La verdad es que siento pena. Yo tuve un problema, no pude solucionarlo sola y tuve el valor de pedir ayuda y de buscar una solución y lo mejor de todo es que la encontré. Muchos dirán que soy una persona de muchos problemas pero no entienden que no son problemas que yo elegí, solo son problemas que me tocó tener y vivir en carne propia. Estoy orgullosa de todas las cosas que me pasaron, tanto las buenas como las malas. Amabas me hacen ser quien soy hoy y amo ser así. Está bien, seré rayada, diferente, loca, gorda, elefante, lo que quieran pero hoy puedo decir que estoy en paz conmigo misma, me amo y estoy viviendo de la manera en que siempre busqué sentirme. 

Yo se que soy gorda ¿se piensan que no me doy cuenta? Lo noto todas las veces que como frituras, cada vez que me pongo los pantalones, etc. Pero ya lo acepté, es parte de quien soy y si en algún momento bajo de peso, bien, no me importa. Solo me interesa estar bien de salud, es lo único que me importa. Yo ya acepté la manera en que me veo, ya no pienso en lo que los demás deben pensar cuando me ven. Y espero que algún día una persona entre a mi vida y tampoco le importen esas cosas. Pero como siempre digo, lo importante es estar en paz con uno mismo. Se puede confiar en otros pero el único que siempre va a estar es uno mismo.