Yo soy la única autora de mi vida

Y por eso me parece importante que sepan un poco de mi. Me llamo María Andrea, tengo 19 años de edad y vivo en Córdoba, Argentina. Me apasiona el inglés, escuchar música, componer, escribir y tocar guitarra. Amante de los animales. Enamorada de mi perro Maxi. Soy una persona bastante random, puedo pasar de escuchar pop a metal en un segundo. Adoro a personas como Hilary Duff pero tamién banco a muerte a Lindsay Lohan. No leo mucho, sólo cosas que llaman mi atención. Soy más de leer notas por internet y esas cosas. No me gusta salir a bailar, prefiero una reunión en casa con amigos, algo más íntimo y común. No tengo muchos amigos, sólo una mejor amiga que conozco y veo todos los meses. Y dos amigas con las que hablo por internet y admiro mucho. Solía ser bastante sociable pero me rechazaban seguido, por eso me volví un poco solitaria y me conformo con sólo hablar a la gente que prefiere mi compañía después de todo. Me gusta mucho compartir mis escritos con Andy, una amiga de La Rioja a la que llegué a admirar y adorar con locura. Es una de esas personas que estuvieron ahí en los peores momentos, se quedaron para ver el cambio y no se fueron.

No soy igual a los demás y tengo problemas diferentes. Soy adoptada y no es un problema para mi ya que lo supe desde el primer día. Mi mamá y mi papá me dijeron que eran mis padres de corazón y realmente lo son. Yo creo que nadie me va a poder amar de la manera en que ellos me aman. Hace poco apareció mi madre biológica y fue un golpe duro. A pesar de que nunca me interesó saber, apareció de golpe y de prepo. Ya lo superé, no le tengo rencor por nada y planeo tener una relación un tanto distante pero buena.

Considero que solía ser “la niña de oro”, tenía todo lo que quería y como lo quería justo a mis pies. En 2006 pensé que lo peor que me podía suceder era no ver a mi artista favorita en concierto pero la realidad me abrió los ojos en el momento en que no deseaba ver. Mi papá y mi abuela fallecieron a un mes de diferencia. Fue un golpe duro ya que ambos vivían en casa conmigo. Gracias a esas dos personas, parte de lo que soy hoy, debo agradecérselo a ellos. Mi abuela me enseñó a distinguir el bien del mal y mi papá me enseñó a luchar cuando siento que todo es oscuridad. Si bien en este tiempo que me faltaron me costó mucho aplicar lo que tanto me había enseñado mi papá, siento que ahora estoy de vuelta con el manubrio en frente.

Siempre fui de sufrir por comentarios que me hacían en el colegio de “estas gorda” o “¡wow! ¿Ni tus papás te querían que te dieron en adopción?” pero sus críticas sólo me hicieron más fuerte para entender que tan ignorantes eran. Hay cosas demasiado básicas como para seguir aferradas a ellas y eso es lo que debía hacer con esos comentarios, ignorarlos. El bullying solo te afecta cuando dejas que te afecte, es algo que aprendí en el último tiempo.

Tuve depresión debido a la muerte de mis dos seres queridos, fue un dolor que pasó de ser gritado por todo el mundo a en silencio. Dolió mucho pero la herida ya sanó. Me enseñaron a pensar en ellos como un hermoso recuerdo y a pensar  solamente en las cosas constructivas y positivas del pasado. Hice un gran progreso en mi desde que estuve internada el año pasado (2012). Hoy, a casi un año de tratamiento con profesionales, puedo decir que veo mi vida desde una perspectiva totalmente diferente. Hoy tengo ganas de vivir y tengo muchas razones para estar feliz. Espero que todos tengan la oportunidad de ver la luz y de querer verla tras un camino obscuro. Todo esta en aceptar, querer algo y lograrlo. ¡Saludos!